Manifesto

Manifiesto de crítica logística

“La naturaleza del capital supone que éste recorra las diversas fases de circulación y, precisamente, no en el terreno de las ideas, donde un concepto puede transformarse en otro con la rapidez del pensamiento, sin demora, sino como situaciones que están separadas en el tiempo. Tiene que pasar un periodo como crisálida antes de poder volar como mariposa. Las condiciones de la producción del capital, pues, derivadas de la naturaleza misma, se contradicen entre sí.”

Marx, Grundrisse (vol. 1), siglo xxi editores, Ciudad de México, 446-447.

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Antes de poder volar libre como una mariposa, el capital financiero contemporáneo necesita todavía de pasar a través del ser crisálida. Esta fase peculiar es hoy el dominio de la logística, cuyo amplio océano de operaciones se mueve con velocidades inéditas y con una extensión planetaria.

La logística es la forma de inteligencia estratégica que coordina la armonización de producción, circulación y consumo en el capitalismo global, vigila su reproducción, y se pone como motor para la aceleración creciente que caracteriza los procesos de circulación – cada vez más hegemónicos sobre el entero proceso.

La fantasía geográfica de la logística concibe e mundo como un sistema en continuo desplazamiento, una cartografía de flujos sostenida por complejas redes infraestructurales.

El encuentro y choque entre corrientes de dinero y de trabajo produce en esta dirección una geografía variada e irregular de circulación de mercancías que navegan sobre la entera superficie de la Tierra.

Estas corrientes son dirigidas por impulsos logísticos, que las canalizan en canales y corredores manejando sus frecuencias.

La logística transforma lo que es sólido en materia liquida, manejando mercancías y datos como fueran gas al interior de un gasoducto que deben fluir a una presión mantenida constantemente bajo control.

La logística expresa entonces un poder específico de coordinación de flujos, coreografiando el juego de las mercancías.

Este imaginario logístico es sin embargo continuamente interrumpido por fricciones, luchas, conflictos, mostrando perspectivas radicalmente diferentes que descomponen las metáforas de un mundo plano y liquido.

Si bien la logística dicte el ritmo del capitalismo contemporáneo, sus movimientos son puntualmente contingentes y contestados. Además, más la orquesta logística acelera sus flujos de mercancías, más aumenta el poder de interrupción de los mismos.

La logística por lo tanto es una realidad con múltiples facetas, un prisma que contiene muchos mundos.

Entremos dentro de esta caja obscura…

  1. Logística es… crisis

Cada periodo histórico del capitalismo es caracterizado por la emergencia de formas de producción y de poder que tienden a integrarse de forma hegemónica a aquellas que las preceden – al interior de secuelas imprevisibles, a través de caminos no lineales y marcados por continuos regresos. En el momento en que estas formas hegemónicas entran en crisis, se compensa la crisis productiva con la intervención sobre las geografías (es decir sobre las formas de poder) de la circulación de mercancías y capitales.

Hoy asistimos a una aceleración de estos procesos. Creemos entonces que no sea un caso que con el crack financiero de 2007-2008 la logística haya progresivamente emergido tanto en el debate gerencial como en el ámbito de los conflictos a nivel global como vector crucial. La logística, de hecho, es la búsqueda desesperada de vender mercancías imponiendo una estructura de la circulación, configurándose como tentativa de solución de la crisis de los ciclos capitalistas.

2. Logística es… una ideología

Una crítica de la logística debe necesariamente pasar por un análisis de sus tramas discursivas y analíticas. Nacida en el mundo colonial, de esclavitud, y militar para la organización, el control y la regulación del movimiento y de sus paradas, la logística del siglo XIX se conforma como una específica matriz de racionalidad, una lógica logística que mezcla estas mencionadas experiencias históricas en un único paradigma de eficiencia, velocidad, y confiabilidad. Es en este contexto que salen a la luz los efectivos entrelazamientos entre logística, finanza, y formas de gobierno, tan evidentes en el presente global.

Con el siglo XX se puede hablar de una verdadera ideología logística, que tematiza el mundo como un espacio liso y sin fricciones. O más bien: la ideología es un instrumento para suavizar y eludir las interrupciones, sean esas ligadas a conflictos de trabajo, a obstáculos naturales o a eventos bélicos. Pasando a través del afirmarse del toyotismo, el “just in time and to the point” se vuelve definitivamente una lógica exhaustiva que respalda una visión del mundo sin conflicto. Una ideología que se arma para ser creída.

3. Logística es… producción de espacio

La logística nace con la revolución espacial de la “modernidad”, como un conjunto de técnicas, saberes, y prácticas para adaptarse a la dimensión inédita que se abre sobre espacios continentales y oceánicos. Está indisolublemente ligada a la imposición y disolución de lógicas elementales de producción del espacio acuático y terrestre, o más bien es el nodo sobre el cual se desarrolla una lógica terráquea que desde necesidad adaptativa se hace lógica de producción del espacio. La logística es simbiótica a la construcción histórica de lo global, con sus umbrales históricos y su continuo e inacabado devenir.

La logística se presenta como “constitución material” de los procesos de globalización: saldándose con las nuevas dimensiones del aire y de la Red; afinándose como productora de espacialidades entrelazadas y parcialmente independientes de las estatales y urbanas; definiendo nuevos órdenes jurídicos y nuevos intereses. Este movimiento da vida a una compleja re-escritura de la superficie terrestre cubriéndola con nuevas venas y pasos para la gestión de los flujos, que son efectos y no causas, y que deben ser siempre leídos a partir de un conjunto de confines en multiplicación para la canalización, la regulación, o la contención de los movimientos logísticos en sentido amplio.

  1. Logística es… ritmo

El capital es tiempo que logra presentarse como espacio, un continuo re-determinar las estructuras del tiempo moviéndose en el espacio. Es mando sobre el tiempo social que apunta a anular los intersticios que existen entre la producción y el consumo, realizando inmediatamente el valor en la ganancia. En este sentido las infraestructuras logísticas son de facto un sostén temporal para la reducción de la secuencia mencionada.

La logística además apunta a la sincronización de un tiempo global, al dictar las rítmicas del trabajo en un concierto diligentemente dirigido, y choca continuamente con la diversidad de condiciones sociales, subjetivas, políticas que encuentra a lo largo del mundo.

  1. Logística es… historia del nuestro presente

La logística es hoy en día el lugar sobre el cual se estratifican múltiples proveniencias históricas. Una genealogía logística encuentra sus huellas en las transformaciones comerciales y de los sistemas de producción, en las modificaciones de las formas militares y de poder, en las contra-conductas del capital a los procesos de insubordinación. La logística es hecha por diferentes tipologías y estrategias, pero no es un novum de las últimas décadas, ya que se fue articulando desde los albores de la modernidad.

La llamada Logistics revolution ocurrida en las décadas de 1950 y 1960 del siglo XX fue un importante momento de re-organización de los procesos productivos, definiendo un “umbral histórico” que determina una re-ordenamiento general no sólo del modo capitalista de producción sino también de los diversos vectores temporales que componen la genealogía de la logística. Una sincronización de los tiempos históricos que liga la historia de la logística a su operatividad actual.

Creemos sin embargo que salir den presentismo y dotarnos de un análisis de longue durée permita superar un enfoque centrado sobre la contemporaneidad, que conlleva el riesgo de trivializar el concepto y hacernos seducir por la ideología logística, ya que ella misma presenta el estado de cosas actuales como un largo presente sin alternativas. La fuerza de una “mirada logística” está en vez también en el hecho de que desde ella se puede extraer una idea de la “historia global” como proceso – escapando entonces a la que podríamos definir una “amnesia” histórico-política tan útil al proyecto neoliberal.

  1. Logística es… lucha de clases

Una de las huellas de nacimiento de la logística moderna hay que detectarla en el control de las resistencias al transporte de la mercancía-humana en las tratas de esclavos, donde se de-subjetivan y re-subjetivan los esclavos extirpados desde África y re-introducidos en las plantaciones. Además por siglos los puertos han sido los principales lugares de conflicto y revuelta. Por otro lado, el movimiento de mercancías ha sido el sector donde se han creado impensables mezclas de composiciones de clase entre Asia y América del Sur. Los operadores de carga norteamericanos han sido el primer terreno de organización del trabajo black a inicios del siglo XX. A partir de estos episodios interpretamos entonces la Logistics revolution del segundo Posguerra más bien como una “contra-revolución”: llevada adelante para desmantelar el poder obrero en la grande fábrica fordista, desarticula la potencia del trabajo vivo sobre el territorio y e escala transnacional, además de las múltiples formas del poder “popular” acumulado en diferentes partes del mundo en las luchas anti-coloniales y anti-imperialistas.

Por lo tanto, la “(contra)revolución logística” no es una simple innovación técnica sino una respuesta política a la insubordinación, que anticipa y construye materialmente la época neoliberal. No es un caso que hoy la industria logística sea un mundo donde están emergiendo un sin fin de conflictos de clases al interior de un más general paradigma emergente de luchas en el terreno de la circulación.

7. Logística es… política

La logística entendida como plano de infraestructuras físicas e inmateriales para la circulación precede, o por lo menos es la condición, para la constitución de soberanía territorial. Lo repetimos: la construcción de un espacio logístico, lejos de ser un ámbito meramente técnico, implica una racionalidad y un diseño políticos. Lo que ha ocurrido por la formación de Estados e Imperios, así como por las formas políticas más recientes como por ejemplo la Unión Europea.

Sin embargo hoy, en la general transformación de las formas de soberanía, la logística se está redefiniendo en escala planetaria como verdadera forma política en sí misma, mientras el poder se encuentra cada vez más en los canales de interconexión, en los corredores de circulación, en los espacios logísticos globales. Un poder que, a través de la logística, debe de ser repensado a nivel global como en continua oscilación entre procesos de institucionalización y de movimiento, dentro de una relación nuca plenamente fijada entre poder político y poder social. La logística es una forma de poder extra-estatal y dinámico, en el sentido que no responde a una soberanía preestablecida sino que puede insinuarse o soslayar según las exigencias sobre diferentes territorialidades. La logística entonces es una política, hace política, habla de lo político.

8. Logística es… trabajo

Si bien las narrativas dominantes sobre el imaginario logístico hablen de cadenas automatizadas, la logística es un sector laboral que emplea a millones de personas a nivel global. Al interior de las actuales cadenas de producción la logística expresa la capacidad de entrelazar y multiplicar figuras y regímenes de trabajo lejanos y diferentes gracias a tecnologías y sistemas de transporte en continua evolución. A su interior se encuentran formas de semi-esclavitud y futuristas, trabajo dirigido a través del más clásico mando de la línea de montaje y trabajo organizado vía app y algoritmos.

La logística es por lo tanto un laboratorio para viejas y nuevas técnicas gerenciales, pero también terreno de experimentación para la organización del conflicto social con la proliferación de caminos de sindicalización, de sabotaje, de participación comunitaria, de formas inéditas de composición y de subjetivación autónoma de los trabajadores y las trabajadoras. Entonces al mismo tiempo divide y crea posibilidades inéditas de conjunción entre trabajadores en escala global, desconectándolos pero aumentando su poder a partir de la posición estratégica que ellos ocupan al interior de las cadenas de abastecimiento.

  1. Logística es… producción

La logística históricamente se presenta como ámbito intermedio en el proceso productivo, es el momento marxiano de la circulación, conector entre producción y consumo. Transporte, mantenimiento, y almacenamiento son actividades donde el capital invertido abarata los costos para el desplazamiento. Separación, externalización, intensificación de los intercambios, su rápida aceleración gracias a las nuevas tecnologías, han al mismo tiempo destrozado los precedentes procesos productivos en óptica de la minimización de los costos del trabajo – además de su intensificación, el almacenamiento, y la distribución.

Sin embargo, la logística hoy tiende a escapar de su carácter de simple “sector” para hacerse más bien infraestructura y lógica organizadora de todo el ciclo. De hecho, con la “contra-revolución logística” la circulación viene definitivamente organizada en escala capitalista, ya no más mercantil. Hay entonces una inversión de capital que matiza los confines entre producción, circulación, y consumo. O más bien: vivimos al interior de un modo de producción a tracción logística donde la distribución (retail revolution) tiende a conducir la producción (en el sentido de dictar los estándares productivos y de definir los ritmos).

  1. Logística es… reproducción

La logística «agrega valor» y «realiza ganancia». El problema del valor es legible en términos de minimización de costos, es decir de cómo la logística en general sea – en relación al trabajo social, que se despliega en escala global – una herramienta de reducción del trabajo socialmente necesario a la reproducción de la fuerza de trabajo (que de otro lado significa aumento de la plusvalía extracta).

Esta transformación logística hace salir la producción de aquellos que eran sus propios sitios originarios, para invadir las esferas de la circulación y reproducción. Si entonces “el exceso” de demandas sociales (para políticas públicas, derechos, y salarios) hace saltar el modelo-fábrica (y por ende, sea dicho de pasaje, una específica forma-Estado), allí donde lo social invade la producción se produce un tipo de contragolpe. La producción o, más bien, su forma industrializada, empieza a invadir formar lo social. Como consecuencia, las distinciones entre ámbitos productivo y reproductivo, distributivo y de consumo, tienden a hacerse cada vez más porosas. Pero, como ya dijimos, dicho cambio es problemático.

  1. Logística es… tecnología

El papel central que el consumo ha adquirido en la sociedad contemporánea es, entre otras cosas, el producto de una re-estructuración tecnológica: el paradigma reticular substituye a la lógica de la concentración l de la distribución; al poder de la técnica “caliente” aquello frio de la tecnología informacional; a la física nuclear la “metafísica” cibernética; al horizonte histórico del mundo fabril aquello de la información. El “modo de producción a tracción logística” encuentra en la llamada “Cuarta revolución industrial” un pasaje fundamental. No sólo debido a la híper-conexión informatica de Internet, sino también por los procesos y formas que toman el nombre de digitalización, automatización, e-commerce, gig economy, platform capitalism ecc… no son otra cosa que la actual condensación de la serie de trazas genealógicas que hemos mencionado, representan las últimas fronteras de expansión intensiva y extensiva del capital hacia un modo de producción a tracción logística.

Estas formas “deslumbrantes” se basan sin embargo en la coexistencia de high-tech y arcaísmos en la explotación del trabajo, mostrando una vez más la no-linealidad del desarrollo, su cáracter no progresivo. La tecnología encarna la relación social sin ser meramente técnica – y la técnica no es meramente instrumento, es condensación del comando sobre el trabajo. La logística además implica y produce incorporación del saber técnico.

Las máquinas trabajan dentro de una relación social. Como capital fijo producto de saberes expropiados al trabajo vivo, son expresión del comando d¿sobre el propio trabajo. Pero al mismo tiempo justamente en las posibilidades de “re-apropiación” de tal capital fijo se define un campo de liberación posible.

12. Logística es… una lente

La logística no es simplemente un paradigma particular sino también una lente para visibilizar flujos, canales, nodos, puntos de ruptura, articulaciones, que a menudo resultan inaccesibles, escondidos, obscuros, como datos de una black box. Adoptar una mirada logística entonces significa construir la ontología del presente a partir de los movimientos y resistencias de los sujetos que se constituyen al interior de estos flujos. En un mundo en el cual la movilidad se hace paradigma general de articulación, la logística se vuelve objeto entre tensiones diferentes: entre gobierno de la movilidad y líneas de fuga, entre movimientos de capital y autonomía del trabajo.

Queremos sin embargo tener cuidado. No queremos hacer de la logística una nueva metáfora para describir el capitalismo, ni una lógica unitaria o única. La consideramos una lente importante que permite de observar algunas dinámicas cruciales. Pero al mismo tiempo es necesaria una atención particular también a lo que está afuera de la logística. Asumir la centralidad de los momentos de “encuentro” y de las fricciones entre racionalidad logística y una multiplicidad de mundos productivos y de la vida que funcionan según otras lógicas es fundamental no sólo políticamente (debido a los conflictos y luchas que se determinan alrededor de estos encuentros y fricciones), sino también teóricamente – para evitar de fortalecer aquella imagen de autosuficiencia y de auto-referencia que la logística tiende a producir a través de la continuidad de sus operaciones.

  1. Logística es… un método

El carácter múltiple de la logística impone que para entenderla se adopte un método colectivo y transdisciplinar que entre otras cosas no la reduzca al presente sino que considere las estratificaciones históricas y ponga en relievo las posibles líneas de ruptura. Proponemos “una mirada política”, porque el punto de discontinuidad respecto a los actuales estudios es pasar del preguntarse “¿Cómo?” al preguntarse “¿Porqué?, de una fenomenología a una hermenéutica de la logística, de una “descripción” de como esta funciones a una discusión sobre su carácter político – en el comando sobre el trabajo, en la construcción de espacios urbanos ecc…

Si la logística es la “constitución material de la globalización”, se trata de mostrar los conflictos y campos de tensión en los cuales esta se produce. Ya que en nuestro enfoque la logística representa un campo que permite enfrentar contemporáneamente “estructura” y “subjetividad”, es necesario unir etnografía – como saber situado, en profundidad, de campo – y capacidad de abstracción teórica para investigar “lo global”. Al pluralismo metodológico hay que integrar una capacidad de detectar al mismo tiempo múltiples escalas que apunte no sólo a distinguirlas sino a conectarlas y comprender la continuidad, por ejemplo entre el movimiento de una caja al interior de un almacén, el almacén en el contexto urbano, el contexto urbano en las redes continentales, hasta las cadenas globales de abastecimiento – y viceversa.

Agradecemos a Alessandro Peregalli por la traducción al español

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